18 años dice en mi cédula, pero, de verdad los tengo? Revisemos mi fin de semana:
Viernes: mis "amigas" me invitaron a un café pero preferí quedarme viendo una película con mi mamá.
Sábado: fui a a casa de una amiga a las 4 de la tarde cual fiesta de coñitos, y en la noche, mientras la gente normal de mi edad estaba rumbeando o cluliando o por lo menos bebiendo yo estaba jugando UNO con tres amigas más. Me quedé a dormir y hasta hubo algunos almohadazos.
Domingo: en la mañana nos levantamos a las 11 y las tres nos disponemos a leer la revista que viene en EL NACIONAL: Todo en Domigo. Parece que con esto último nos adelantamos como 10 años más de los que teníamos ayer, de niñas que juegan a viejas aburridas que leen el periódico.
Por lo menos alcancé a beberme una cerveza para reestablecer un poco la química de mi cerebro.
Algunos dicen que la edad no está en el cuerpo sino en el espíritu. Conmigo: ni lo uno ni lo otro.
el que me ve no me pone más de quince años, lo cual está basado diversos factores: falta de masa sobresaliente del pecho, y, por supuesto, mi cara de niña inocente que ni que me quite la inocencia de todas las maneras habidas y por haber se me quita el rastro de ella de la cara. La voz.... la voz tampoco ayuda.
Y lo del espíritu: eso no es asunto sencillo, me falta experiencia como para ser vieja y tengo demasiada para ser niña, tengo muy poca alma como para ser niña pero demasiada como para ser adulta.
Yo quiero volver a ser niña tantas veces, porque quiero correr como las locas y que me lleve el viento, porque no quiero saber nada de sexo, porque quiero la creatividad, los sueños y quiero que mi razón para llorar sea que no me compraron el chocolate que pedí.
Entonces a veces me dan muchas ganas de liberar mi espíritu de niña pero el freno es obvio, y otras veces quiero liberar el frío, el duro, el viejo..., y las risas me aturden y el ruido me fastidia y sólo quiero estar sola con mis pensamientos. Sola con el viejo que sabe taanto... POR VIEJO.
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