Sombra, aladito de mi herida, que fue quien te dio la vida, encerrada dentro de mi pecho. Sombra, no me dejas ver la luz ya, aferrada a mis angustias, por pasados que no quieren vivir. Y en la bruma de mi alma te escapas, suenas tan entusiasmada, para herirme toda al alba, abrumada, empanada de tristeza enamorada de mi olor. Basta ya de joderme el alma toda, como un vicio que trastorna, como un cadáver que flota en mi rio de dolor. Basta ya de enseñarme las cenizas de una vida ya hecha trizas, de un espejo que no sabe ya quien soy ni como soy, de batallas ya perdidas, de miedos y de traición. Basta ya. Sombra, causas tanto amor danado, tanto frio en el verano, acompañante de mi helada soledad. Sombra, atropellas sentimientos, antes de que nazcan estos, vuelves vacío cada momento dentro. Creces como el sol al alba, te agarras de mis entranas, y destruyes cada espacio de mañana, basta. Sombra en el espejo te asomas.
sábado, febrero 09, 2008
Archivo
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario