domingo, agosto 10, 2008

Versions of violence

No puedo negar que me causa fascinación.
RECTIFICO, sí puedo negarlo.
SIN EMBARGO, sería una vil mentira.
Acotación: no me cuesta nada con una de esas tapar lo que soy.
Razón: el arte de la repetición.

Mentiras que se tejen creando percepción, formando tu concepción, aplastando las verdades que ríen mientras se asfixian, que me miran fijamente durante la ejecución, de mi arte envenenado de miedo puro apoderado de mis sentidos, de mi equilibrio, de miedo líquido derramándose hacia afuera en sudor. No lo notas? Estoy temblando, y tu trangándote mi historia, ingeniosa por demás. Me miras ciego, hechizado, y mi invento me acaricia la locura de la magia mal canalizada de mi imaginación desviada hacia el callejón del otro lado. Donde me observa mi verdad desde arriba, ya concentrándose en lo absurdo que raya en lo ridículo y al final se vuelve triste luego que la risa se evapora. Y cuando la tensión se crece, cuando logras aclararte tu cabeza abandonada, cuando logras volver a la tierra y realmente verme a los ojos, ahí cuando parece que me perforas la mente, sale el tapón y se derrama la esencia de lo brutal, lo terrorífico de mi mal encerrado, de mi centro atolondrado. Y aterriza ella, pateándome la dignidad y mi pobre artificio, de nuevo riéndose de mí y creciéndose para volverse visible, tan visible a la vista de todos que la humillación me carcome y mi mentira no sabe cómo esconderme, mi condena es inminente y pronta, mi derrumbe inevitable y atroz.
Acotación: el final no es más que un escenario
Razón: nunca despiertas de tu hechizo
Y para qué hablar de mentiras, si nunca te atreves a preguntar, cuando se me viene una falla técnica y la desesperación se desborda hasta que a mi verdad le dan ganas de explotar. Y doy pasos pequeñitos, se me sube una obsesión, la obsesión por el desastre, las ganas de reventar. Mis venas se vuelven demasiado flacas para la sangre que empuja, que espera tu primer golpe, para hacer terrible y dura mi respuesta. Pero tu hechizo nunca cesa, y la pregunta nunca llega, haciendo mi escenario tan ficticio que desarma las ganas y mueren lento. Y mientras mueren una pregunta se le ocurre a tu ingenio, se escapa de tus labios y me escupe arruinándome aún más la gana vieja y no me sirves desincronizado, no me sirve que llegues cuando mi inspiración se ha agotado. Y es así como por tu estupidez te ganas otra, otra más para la lista negra de ficción.

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